Los Diez Mandamientos

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Uno de los escenarios más notables de Los Diez Mandamientos es la enorme ciudad del antiguo Egipto, que fue meticulosamente diseñada y construida para capturar la grandeza y la opulencia de la época. Otro escenario icónico de la película es la división del Mar Rojo, un momento crucial en la historia. Para crear esta escena, DeMille y su equipo construyeron uno de los tanques interiores más grandes jamás construidos, que se llenó de agua y se dividió mediante un sistema hidráulico. Los dramáticos efectos especiales utilizados para representar la división del mar siguen siendo algunos de los más memorables en la historia del cine. Además de estos decorados a gran escala, Los Diez Mandamientos también presentaba elaborados decorados interiores, como los lujosos interiores del palacio del faraón y el templo de Karnak. En general, los decorados de Los Diez Mandamientos desempeñaron un papel crucial a la hora de darle vida a la epopeya bíblica en la pantalla grande, ayudando a sumergir al público en el antiguo mundo de Moisés y los israelitas.